Lamentamos profundamente el
fallecimiento de Marta Martínez, colega y docente de nuestra cátedra. Marta fue
una mujer de fuertes convicciones y de un trato frontal sin condicionamientos.
Defendía a ultranza sus posturas respecto de la medicina y la docencia
universitaria. Marta era médica psiquiatra y Master en educación Médica,
participó de innumerables congresos y jornadas, presentó trabajos científicos
en distintos foros.
Despedirla me causa un
profundo dolor. No siempre estuvimos de acuerdo, solíamos discutir de manera
tan frontal, como respetuosa. La cátedra extrañará su lucha en contra de la
formación de un médico que no fuera más que un mero “cuerpólogo” (neologismo de
su autoría).
Marta, oramos por vos, que descanses
en paz.